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El truco del cepillo de dientes para ablandar toallas viejas y duras

Las toallas suaves son un placer para dejarse envolver cuando salimos de la ducha o el baño, un abrazo, un cálido abrazo, pero cuando son viejas el choque con la realidad es muy duro!

Las fibras, con el paso del tiempo, se estiran y se van erizando llevándose cualquier tipo de alegría.

Traerlos de vuelta como nuevos, con los remedios de la abuela, es un juego de chicas, o más bien un juego de Donna Up.

¡Así es como debemos obtener toda la suavidad que nos merecemos!

El truco del cepillo de dientes para ablandar toallas viejas y duras

Antes de desvelar el truco del cepillo de dientes para ablandar las toallas, es bueno detenerse en el lavado y secado que debemos reservar para ellas si queremos conservarlas intactas.

Lea atentamente la etiqueta antes de comenzar.

Comencemos con el suavizante, un ingrediente infalible para el éxito.

Es mejor no recurrir a los industriales, sino utilizar remedios naturales. Pruebe esto: vierta 150 gramos de ácido cítrico en un litro de agua, luego agregue 10 gotas de aceite esencial. Elige tu favorita según tus gustos personales, por nuestra parte, te recomendamos la lavanda, siempre amada.

Transfiera 100 ml de esta solución a la bandeja de la lavadora e inicie el ciclo.

También puedes usar bicarbonato de sodio, que es especialmente perfecto para la ropa de colores claros. Solo 1 cucharada en la canasta y listo.

O pruebe el jugo de limón, perfecto para blanquear y suavizar. Hasta el siglo pasado, era el remedio por excelencia para las lavanderas.

Cuélalo y coloca solo 1 cucharadita en el cajón del detergente.

Finalmente, para un aroma fresco y una suavidad garantizada, puede optar por el aceite de árbol de té, agregar 1 cucharadita a una taza de vinagre y verterlo en la bandeja. A continuación, empieza a lavar.

También preste atención al secado, retírelos de la rejilla de secado solo cuando estén completamente secos, ¡pero no deben secarse demasiado!

El truco del cepillo de dientes para ablandar toallas viejas y duras

Para ello, una vez que hayas hecho todos estos pasos, pon en práctica este sencillo truco.

Equípate con un cepillo de uñas, es el más adecuado por su forma rectangular, fácil de manejar.

Batir bien las toallas y colocarlas sobre una superficie horizontal, frotar suavemente las fibras con el cepillo de dientes para levantarlas ligeramente, ¡recuperarán su suavidad en un instante!

Brillante, ¿verdad?